lunes, 27 de octubre de 2014

UNA ABOGADA EXITOSA.

Podría más bien decir como Cristina Kirchner, nuestra Presidenta, "soy una abogada exitosa!".
Actualmente no es esa mi meta.
Quizás muchos pensarán, ay si yo fuera abogado! sería millonario. Probablemente sí, probablemente no. La profesión de abogado requiere de mucho marketing personal, mucho estudio diario que hará falta hasta el último día en que se ejerza, y mucha experiencia caminando los juzgados.
Ese no es el problema de mi profesión, sino, como lo veo yo, la gran carga autocompetitiva y la presión de los patrocinados. Finalmente no es posible desenchufarse casi nunca de los casos, aún al levantarse o al dormir, los pensamientos están relacionados con la resolución de las causas que tramitamos. A ello debemos sumarle un ingrediente aleatorio: el juzgado y juez que nos toque en suerte en el sorteo. Algo bastante parecido a la suerte que corriamos con la cátedra que nos salía sorteada en la facultad o con la bolilla que saltaba del bolilleron a la hora de rendir examen.
También depende nuestro desenvolvimiento de lo que llamemos Exito en nuestro fuero íntimo, pues por más que superficialmente acordemos con la sociedad consumista en qué es el éxito, en el fuero íntimo nuestro yo y nuestro super yo tiene seguramente otras ideas que no jugarán el mismo partido.
Personalmente me ha tocado recibir muchas distinciones honoris causa, títulos, reconocimientos, nombramientos ad honorem, diplomas, agradecimientos, ser buscada por organismos estatales como consultora, en fin, montones de logros que no tienen su equivalente de peso en oro.
A ello debo agregar la ingratitud de alguns patrocinados para quienes logré ganar causar perdidas, así como la permanente conducta del cliente de pretender desconocer que los abogados no recibimos maná del cielo, sino que vivimos de nuestro trabajo, por ejemplo, la cuota u honorario que ellos se hacen los distraídos a la hora de pagar... y estos, son los más.
También debo decir que mi concepto del éxito involucra mi rol de madre presente y formadora; así como mi constante anhelo de ser mejor y sentirme más cerca de D.os
No dudo que los abogados que centran toda su energía en la meta dineraria, lo logren.
Lastimosamente, tengo metas igual o más trascendendentes que atender en esta , mi única vida.
Yes por ello que a mis 48 quise darle un giro a mi actividad y enfocarme en algo que me de dinero en menos tiempo diario, menos trabajo horario y menos compromiso autocompetitivo. Es decir, no comprometerme personalmente con lo que hago, sino comprometerme económicamente para lograr un resultado positivo traducido en $$$$$
Lo que más me atrajo de lo que podía hacer es, sin duda, la activiad inmobiliaria, y sobre mi experiencia en el desarrollo de la misma, se trata este blog.



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